Siempre he pensado que en el ajedrez los caballos son la ficha más importante, ellos son capaces de cruzar barreras que otras fichas jamás podrían cruzar. Aun así las torres son decisivas a la hora de proteger al rey, son una pieza leal a la hora de defender al resto de sus compañeros de juego. Pero los peones, esos si que son listos, pasito a pasito despistando a todos son capaces de convertirse en la mismísima reina. Por eso me siento un poco caballo, un poco torre y sobre todo muy peón..